Científicos de iBio enfrentan el desafío de generar biofertilizante en base a hongos del desierto de Atacama para enfrentar el cambio climático

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Investigador Luis Larraín se adjudicó fondo de Valoración de la Investigación en la Universidad (VIU), que financia proyectos de emprendimiento científico y tecnológico basados en resultados de tesis Universitarias

Durante el 2018 y 2019 Investigadores pertenecientes al Instituto Milenio de Biología Integrativa (iBio) recolectaron hongos que viven asociados a las raíces de plantas del desierto de Atacama, con el fin de analizar la capacidad de estos de promover la tolerancia de cultivos a diferentes estreses asociados con el cambio climático.

Durante su tesis de pregrado en Biotecnología, Luis Larraín -quien ahora se desempeña como Biotecnólogo en el Centro de Genómica y Bioinformática de la Universidad Mayor- caracterizó cerca de 10 de estos hongos del desierto, y evaluó su efecto en el crecimiento de plantas de tomate. Los resultados de su tesis le permitieron identificar dos hongos que, al ser co-cultivados con tomate, permiten que estas plantas tengan un mayor crecimiento y una mayor tolerancia a la salinidad.

Basado en estos resultados, Luis postuló este año al fondo VIU, un programa de ANID-FONDEF que se enfoca en potenciar la investigación realizada en Universidades chilenas, financiando proyectos que tienen el potencial de convertirse en emprendimientos científicos y tecnológicos. De manera importante, los proyectos VIU son dirigidos por estudiantes que están desarrollando o han terminado recientemente sus tesis, lo cual representa una importante experiencia para estos jóvenes investigadores.

El proyecto VIU se enfocará en el desarrollo de un biofertilizante basado en una combinación de diferentes hongos que presenten cualidades promotoras del crecimiento de hortalizas, y que además brinden tolerancia a sequía y salinidad. Para esto, Luis trabajará con una nueva colección de cerca de 40 hongos del desierto, dentro de los cuales se ha comprometido en identificar al menos dos hongos adicionales que sirvan para el desarrollo del biofertilizante.

La iniciativa tiene una duración de 12 meses, con posibilidad de extensión.  En estos meses el investigador se encuentra realizando ensayos de tolerancia a sequía en plantas de tomate. Una vez que identifiquen los hongos más apropiados, se preparará un prototipo de biofertilizante que será ensayado con otras hortalizas, como lechuga. Adicionalmente, el proyecto contempla un asesoramiento por un mentor de negocios y fondos para realizar el estudio de propiedad intelectual.

Dentro del proyecto participa como investigadora asociada la Dra. Elena Vidal, Investigadora Asociada de iBio y Directora del Centro de Genómica y Bioinformática de la Universidad Mayor. La Dra. Vidal destaca que el proyecto aborda una importante problemática de la agricultura chilena, como es la sequía.

Actualmente las regiones de cultivo de tomates son de las más afectadas por el cambio climático, y en donde la sequía es más extrema. El uso de biofertilizantes puede otorgar una manera alternativa para paliar las inclemencias climáticas, de manera amigable con el ambiente”, comentó la investigadora, enfatizando también que se usan hongos que son nativos de Chile, por lo cual estamos aprovechando la biodiversidad del país para el beneficio de la agricultura.

Uno de los puntos importantes del proyecto será el poder licenciar a futuro la tecnología desarrollada a empresas que se dediquen a la producción de fertilizantes, de manera de asegurar la producción y el acceso a los agricultores.

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