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Rodrigo Gutiérrez, director alterno del Instituto Milenio de Biología Integrativa (iBio) y profesor titular del Departamento de Genética Molecular y Microbiología de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC).
El desierto de Atacama desafía la supervivencia de los seres vivos. Tiene tres características que lo hacen un laboratorio natural para científicos de todo el mundo. Me refiero a sus condiciones inhóspitas para la vida, como es la falta de agua, los altos niveles de radiación y sus suelos pobres. Pese a lo anterior existe una diversidad de vida microbiana, vegetal y animal, que no deja de sorprender.
La diversidad de vida en un lugar como el desierto más árido de la Tierra, lo transforma para nuestro país en un laboratorio natural que no debemos pasar por alto. Menos frente al último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), publicado hace unos días, donde se manifiesta que, con un calentamiento global de 1,5 °C, se producirá un aumento de las olas de calor, se alargarán las estaciones cálidas y se acortarán las estaciones frías; mientras que con un calentamiento global de 2 °C los episodios de calor extremo alcanzaría con mayor frecuencia umbrales de tolerancia críticos para la agricultura y la salud. Lamentablemente el informe presenta otros panoramas mucho más desalentadores. La evidencia es abrumadora y no hay duda científica respecto al futuro en este sentido.
Como investigadores del Instituto Milenio de Biología Integrativa (iBio) estamos trabajando en el desierto de atacama, conociendo en profundidad distintas especies vegetales, que posiblemente oculten en sus mecanismos de supervivencia la clave para mantener la producción de alimentos en el país y hacer frente a los episodios cada vez más frecuentes de calor extremo y sequía. Es claro el panorama en Chile, donde se verá que el clima desértico del norte avanza hacia el sur.
Por esta razón, la hostilidad climática impuesta por millones de años a la vida que persiste en el Atacama, constituyen un caso notable de «experimento natural». Ha resultado en una diversidad de estrategias de supervivencia desarrolladas por las especies de microorganismos, plantas y animales que lo habitan. No obstante, sabemos extremadamente poco sobre estos mecanismos de supervivencia.
Se ha estimado que los cambios en el clima no tendrán comparación y que esta última década será la más calurosa del planeta en 125.000 años. No podemos perder más tiempo, tenemos que revertir el cambio climático. Pero también debemos encontrar respuestas a la pregunta de ¿Cómo nos prepararemos para enfrentar los próximos 50 o 100 años en el país? Nuestra postura es seguir avanzado en el estudio de la vida en Atacama, conocimiento que es necesario para hacer frente al avance de la sequía y desertificación. El conocimiento servirá para desarrollar estrategias que nos permitan hacer frente a las condiciones adversas y mantener cosas tan básicas como la producción de alimentos.
