Paola Larrauri Aguilar: “crecí fascinada por las ciencias naturales, opté por estudiar biología, y hoy enfoco mis estudios doctorales en el desarrollo de sistemas de detección de patógenos, de bajo costo y open source”

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Paola Larrauri es investigadora de postgrado del Instituto Milenio de Biología Integrativa (iBio). Recuerda que a sus padres les hizo mucho sentido cuando decidió estudiar una carrera científica: “ellos vieron cómo nutría mi curiosidad observando, leyendo artículos y consumiendo contenido sobre desarrollo científico y tecnológico, historia y divulgación de la ciencia desde muy pequeña”.

En Lima (Perú), fue donde la investigadora iBio realizó sus estudios de pregrado, específicamente en la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH). Con un historial académico sobresaliente pudo ingresar solo con la entrevista personal. Una vez obtenida la licenciatura, se desempeñó como asistente de investigación en el Laboratorio de Malaria del Instituto de Medicina Tropical Alexander von Humboldt (IMTAvH), UPCH. Posteriormente se involucró en el área comercial como asesora de productos de diagnóstico y secuenciamiento, y eventualmente, regresó a su casa de estudios para trabajar en el área de Gestión y Transferencia Tecnológica.

En los primeros años de universidad, recuerda Paola Larrauri, que pretendía formarse como ecóloga, posteriormente su interés se fue inclinando más por la biología molecular, inmunología y biología celular con foco en enfermedades infecciosas humanas. En el 2020 con la pandemia de la COVID-19, Paola se replanteó muchos aspectos profesionales, entre ellos, el volver al mundo académico, para continuar capacitándose y aportar en el área de investigación de enfermedades infecciosas zoonóticas.

¿Qué fue lo que te impulsó a retomar la investigación científica?

Sentí la urgencia de repasar mis capacidades adquiridas hasta la fecha, y retomar intereses que se alinean con lo que el mundo necesita hoy. Opté entonces por profundizar en el desarrollo y optimización de herramientas de detección y diagnóstico de enfermedades infecciosas zoonóticas (transmitidas de animales a humanos), como la COVID-19, ya que existe una creciente demanda de recursos que simplifiquen y acerquen la tecnología a los puntos de necesidad, lo cual facilita una mejor articulación y respuesta frente a eventos de esta magnitud. Claro, el asunto es mucho más complejo, y es importante reconocer las limitaciones de uno – en ese marco supe del grupo que lidera el Dr. Federici, y la filosofía que persigue en el Laboratorio de Tecnología Libre (https://federicilab.org/), a través de, cito: «el desarrollo y adopción de tecnologías abiertas para la investigación y educación en biología».  En los últimos años, ya venía escuchando de ciertos términos como «ciencia abierta», «open-source», «open technology», «open-hardware», que se alineaban con mi creciente interés en la democratización del conocimiento, y mi breve, pero significativa participación en proyectos de divulgación científica y mentoría de estudiantes en carreras STEM en Perú”.

Paola Larrauri, con la motivación por delante, decidió postular al programa de doctorado en Ingeniería Biológica y Médica de la Pontificia Universidad Católica de Chile (UC). Este programa que pertenece simultáneamente a las Escuelas de Ingeniería, Medicina y Ciencias Biológicas. El Instituto, desarrolla investigaciones y docencia en cuatro áreas principales: imágenes biomédicas, biología celular y molecular, ingeniería de tejidos, fisiología cuantitativa y biomecánica.

¿Qué le llamó la atención del programa de doctorado?

Cuando decidí postular al programa de doctorado del Instituto de Ingeniería Biológica y Médica (IIBM) de la UC (2021), encontré en el laboratorio del Dr. Federici ese nicho necesario para consolidar mi formación profesional en el rubro de diagnóstico de enfermedades zoonóticas, con un enfoque en tecnologías de código abierto y colaboración interdisciplinaria, ambos componentes que impulsan, además, la promoción de soberanía tecnológica y desarrollo de capacidades locales en la región. Ya en este contexto es que conozco sobre el Instituto Milenio de Biología Integrativa (iBio), su amplio enfoque y abordaje de nuevas líneas de investigación, y el gran aporte que representa para el desarrollo científico de Chile. Fue muy grato encontrar un ecosistema tan interesante y hasta disruptivo, sin ir muy lejos de mi país.

¿En qué etapa se encuentra su estudio del programa doctoral?

“Aún me encuentro en plena formulación de mi propuesta de proyecto de tesis. En líneas generales, pretendo desarrollar una plataforma de detección en campo (de bajo costo y código abierto) de un parásito gastrointestinal en Tierra del Fuego – Patagonia Chilena). Algunas especies de este patógeno pueden ser transmitidas por especies invasoras introducidas en la zona mediante el contacto directo con heces o fuentes de agua contaminada. Esta herramienta portátil de monitoreo en tiempo real permitirá optimizar las estrategias de vigilancia epidemiológica y conservación en la zona, al ser fácilmente adoptada por guardaparques y ecolólogos”.

¿Qué es lo que más la motiva de hacer investigación científica?

“Este ejercicio me permite ampliar mis horizontes constantemente, alimentar mi curiosidad y superar limitaciones. El entorno académico me ofrece la oportunidad de continuar actualizándome en términos de conocimiento y capacidades técnicas, y de aportar a la sociedad con aplicaciones concretas que respondan a problemas específicos. En un contexto tan crítico como el cambio climático, su impacto en el ambiente y la gestación de brotes epidémicos es innegable y necesita abordarse desde varios flancos.

¿Por qué es importante para ti el desarrollo de sistemas de bajo costo y open source?

Los métodos y técnicas convencionales de detección y diagnóstico siguen adaptándose a la demanda local, pero rigiéndose bajo estándares globales que no reflejan necesariamente las brechas entre hemisferios. Parte de ese constante ajuste implica la adopción de nuevos enfoques de desarrollo y diseño de sus plataformas. Por ejemplo, los métodos microscópicos y moleculares continúan sin ser lo suficientemente adecuados para todos los laboratorios clínicos, de investigación o monitoreo con limitaciones de infraestructura en la región, por su alto costo y difícil acceso. Sus protocolos y estándares exigen condiciones especiales de bioseguridad, una cadena de frío constante (almacenamiento y manipulación de muestras y reactivos), personal altamente calificado, estabilidad eléctrica y servicio técnico garantizado para el mantenimiento equipos (software y hardware) e instrumentación. Otro punto a destacar es que estos materiales y equipos provienen de una industria de fabricación centralizada en el hemisferio norte, evidenciando una fuerte dependencia tecnológica. El desarrollo de sistemas de detección de patógenos con tecnología local permitirá abaratar su diseño e implementación, valiéndose de los avances en Biología Sintética (diseño local de enzimas), el manejo de métodos isotermales que reduzcan la dependencia de equipos sofisticados, y el uso de hardware abierto, respaldado por redes de colaboración global que comparten diseños abiertos para superar las restricciones existentes en torno al hardware y la instrumentación de laboratorio. De esta manera, es posible lograr la personalización, la adaptabilidad y la reutilización de dispositivos en entornos académicos, de investigación, de ciencia ciudadana y de educación (participación abierta del conocimiento científico). 

¿Cuál es el principal desafío de generar recursos para ser utilizados en terreno? ¿Qué tan avanzado está Chile?

“En base a mi aún limitada experiencia, considero que el principal desafío es la capacidad de dimensionar la complejidad de este proceso. Son muchos factores a considerar desde su validación en laboratorio, tratando de recrear condiciones cercanas al punto de necesidad, hasta su transición e implementación en campo. Considero que es crucial formar un equipo interdisciplinario, desde que se evalúa el contexto y se definen los objetivos, se reúnen los recursos y capacidades a favor, se aterriza la viabilidad del proyecto en un periodo de ejecución limitado, y, sobre todo, si finalmente esta solución realmente responde a las necesidades del usuario final y logrará una adopción generalizada, porque es lo suficientemente robusta, reproducible y escalable.

Finalmente, la futura doctora en Ingeniería Biológica y Médica de la Pontificia Universidad Católica de Chile, concluye diciendo que Chile reúne varios componentes necesarios, entre ellos, valiosos antecedentes de producción local de tecnología y ensayos de diagnóstico que permitirán seguir avanzando en el área de desarrollo tecnológico nacional, con posibilidades de escalamiento.

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